Tras meses y meses de incertidumbre, de informaciones sin contrastar, de vídeos cortos mostrando diferentes mecánicas y de no rendir como se esperaba, por fin conocemos cuál es la lesión que persigue a Markelle Fultz y que le impide mostrar todo su potencial en los Philadelphia 76ers.
Según informó Adrian Wojnaroski de ESPN, tras realizarse infinidad de pruebas en las últimas semanas, Fultz sufre un síndrome del opérculo torácico y que afecta a los nervios del cuello y los brazos, afectando enormemente su rendimiento en una cancha de baloncesto.
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La buena noticia de todo esto es que se trata de una lesión que requiere tratamiento físico, que no es crónico, aunque lastrará hasta cierto punto su carrera, pero que tiene solución. Según informó su agente, Fultz ha visitado a 10 especialistas diferentes para saber el qué y el por qué de su estado físico y todo apunta a que estará al menos 6 semanas de baja para recuperar su hombro derecho.
Esto arroja un poco de luz al respecto de un asunto que ha mantenido en vilo a toda la franquicia de los 76ers y que ha podido afectar enormemente al estado emocional de Fultz por todo lo que se ha producido a su alrededor.
¿Qué es el síndrome del opérculo torácico o síndrome desfiladero torácico?
Se trata de un conjunto de factores, provocados por un impacto o un exceso de trabajo, que hacen que la presión sobre la primera vértebra, la primera costilla y el manubrio del esternón aumente y se produzca dolor.
Este síndrome puede ser de tres tipos: neural, venoso y arterial. Y en la mayor parte de los casos es neural y pueden producir debilidad muscular, alteración sensorial e hipoactividad refleja según apunta Paula Gala.
Este síndrome puede agravarse en el tiempo si no se diagnostica y trata pronto, pues la realización sistemática de ejercicios repetitvos hace que la presión sobre la zona aumente y el dolor aumente, condicionando así la movilidad tanto del brazo en general como del cuello.
El caso Fultz
"La gente decía que era un problema mental y no lo es", dijo su agente Brothers a ESPN. "No hay una razón para que seas el número 1 del Draft y, de repente, no puedas levantar tus brazos para tirar. Algo está mal físicamente. Ahora tenemos la respuesta a ese problema".
Se ha especulado mucho al respecto de Fultz, los vídeos sobre sus extrañas mecánicas han corrido como la pólvora y este diagnóstico revela un poco mejor qué es lo que le sucede al jugador.
El origen de todos los males se remonta al 23 de octubre de 2017, ahí Fultz jugaba su cuarto partido de la temporada ante los Pistons y ya desde el inicio de la campaña se había podido apreciar que no estábamos ante el mismo jugador que vimos en NCAA, no en lo referente al lanzamiento. Días más tarde, la franquicia confirmaba que Fultz estaría fuera de las canchas de forma indefinida por "dolor y problemas en su homoplato y escápula". Ahí comenzaba todo.
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Fultz salió de la escena pública, se convirtió en un secreto de la franquicia. No jugaba, no entrenaba y los documentos gráficos que salían a la luz no eran muy halagadores. Una mecánica más propia de un jugador en formación que de un profesional eran motivos de burlas en redes sociales y críticas a la gerencia por su elección.
A partir de este secretismo comenzaron a surgir rumores acerca de que la razón de la lesión de Fultz residía en un accidente sufrido con una BMX, un Fultz que es muy aficionado a las bicicletas, lo cual explicaría el diagnóstico actual, potenciado por el propio traumatismo. Un hecho que su propio agente salió a negar rotundamente y que en las redes fue justificado a través del ejemplo de Landry Fields que sufrió un problema similar debido a una contusión y cuyo lanzamiento recuerda al del propio Fultz.
Fultz regresaría para la recta final de la temporada pasada acabando con buenas sensaciones aunque sin la continuidad necesaria debido a las aspiraciones del equipo. En verano realizó un incansable trabajo de recuperación y técnica individual junto a Drew Hanlen, especialista en lanzamiento a canasta, con el cual rompió relación hace unas semanas. En el proceso del verano se le veía muy preparado para la competición, reconstruyendo su tiro y anotando de forma solvente, algo que con el paso de las semanas en la NBA se ha ido diluyendo.
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La razón de este descenso que le llevó de ser titular a disputar tan solo 7 minutos en su último encuentro ante los Suns podría ser una mezcla de las dos posibilidades que tiene el síndrome. Por un lado, puede que sufriese un traumatismo en algún momento del verano de 2017 y, que, ante el constante trabajo sin descanso al que se ven sometidos los jugadores NBA, unido a la presión de ser el número 1 del Draft, el problema no remitiese al no reducir la carga física, sino que se agravase hasta el punto en el que nos encontramos.
Más todavía si consideramos el trabajo de reconstrucción de su tiro que realizó este pasado verano y que ha podido generar más problemas que se han visto en el momento en el que la competición se ha hecho rutina.
El futuro de Markelle
La información publicada por ESPN dice que estará de 3 a 6 semanas de baja tratándose su problema a través de fisioterapia. La teoría dice que el tratamiento conservador (fisioterapia) es mucho más efectivo que una intervención quirúrgica, pero para muchos expertos esta es una forma de solucionar el problema si se alarga por encima de los dos meses.
Su agente informó a los 76ers que el 21 de noviembre volverán a realizársele pruebas para saber más sobre el problema del hombro. Fultz tiene el total apoyo de la gerencia, incluido su GM Elton Brand, y han desoído los rumores de traspaso que rodean al jugador, que se habría filtrado que estaría dispuesto a salir y comenzar en otro equipo.
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La situación y el futuro de Fultz dependerá del éxito del tratamiento de recuperación y prevención que reciba y su capacidad mental para soportar todo lo que se puede producir en el durante. La calidad del jugador no está en cuestión, pero su potencial se ha visto altamente afectado por un problema que choca directamente con la práctica del baloncesto.
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