Rick Carlisle defiende el estilo de Kristaps Porzingis: "El juego al poste ya no es una buena jugada"

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Porzingis, Carlisle

El baloncesto es un deporte que siempre se ha caracterizado por una evolución constante e imparable. En todas las direcciones, al alza y a la baja, este juego no se ha detenido en más de 120 años desde su creación en 1891. De las torpes melés de aquel gimnasio de Springfield al culmen de la brillantez motriz colectiva alcanzado entre 2014 y 2016 con los San Antonio Spurs y Golden State Warriors. 

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Este deporte ha experimentado incontables corrientes, tendencias, técnicas aplicadas y ritmos. Nada fue permanente y ninguna moda fue nunca ciencia. Del mismo modo que en tiempos remotos el mate era considerado sacrilegio ahora es cotidiano y vanal, así como hubo un tiempo en el que el reloj de posesión no existía ahora vivimos en una era en la que el juego al poste bajo tiende al desuso. Y nada o poco tiene que ver con un detrimento de la calidad del juego o una desinformación por parte de los arquitectos del mismo, sino por una lectura del tiempo presente en el que todos nos encontramos, fruto de un mundo donde se poseen muchas más herramientas para el análisis que en tiempos pretéritos y cuyo uso y aplicación enriquecen el baloncesto.

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Así, el desarrollo de las ciencias del deporte y la actividad física, unidas al de la técnica individual ofensiva han permitido que perfiles de una altura mayor adquieran una serie de fundamentos antes vetados y de una coordinación y control de su cuerpo y extremidades que ha abierto un camino inexplorado para la mayoría de mortales en este juego. 

Kristaps Porzingis ha sido uno de ellos. Con sus dos metros y veintiún centímetros de estatura, el jugador letón representa el paradigma de jugador del siglo XXI, capaz de colocar el balón en el suelo y disponer para sí de un infinito abanico de recursos ofensivos con los ponerse en disposición de introducir el balón a través de la evolucionada cesta de melocotones colocada a 10 pies del suelo.

El recelo generado por semejante perfil técnico y el progresivo abandono de los territorios circundantes al aro en favor de la denostada línea de tres ha convertido a Porzingis en el foco de las críticas. Como si por el hecho de superar con creces los 7 pies le convirtiese por norma en habitante nativo de la pintura y asiduo acaparador de balones al poste bajo como aquellos que le sucedieron. 

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En ese sentido, su entrenador en los Dallas Mavericks Rick Carlisle salió a rueda de prensa tras la victoria por 102 a 98 sobre San Antonio Spurs a defender su idea de juego y al estilo de su jugador en unas declaraciones que están dando la vuelta al mundo recopiladas por Tim Cato de The Athletic. Porzingis, que firmó un partido negativo contra los Spurs con 4 de 15 en tiros de campo y 3 de 8 en triples para 13 puntos, está firmando un inicio de temporada inmejorable para un jugador que se ha pasado casi los dos últimos años inactivo por una grave lesión de rodilla. Junto a Doncic, el letón se ha reencontrado con el juego, promediando 17,4 puntos y 9,6 rebotes con un 40% en tiros de campo.

Rick Carlisle salió en defensa de su pupilo en un discurso en el que argumenta las razones por las que el ala-pívot de los Mavs no juega al poste y el porqué considera que ese estilo de juego ha pasado a la historia: 

El juego al poste ya no es una buena jugada actualmente. No es solo una buena situación, no es una buena situación para un jugador de 2,21 metros. Es una acción de muy poco valor. Nuestros números son sustancialmente mejores cuando generamos espacios por encima de la línea de 3 puntos. Históricamente somos un buen equipo ofensivo. Y cuando uno de nuestros jugadores se coloca ahí [en el poste] nuestra efectividad se reduce considerablemente. Es cuantitativo, es un hecho. Creo que hay ciertas situaciones en las que tiene sentido, si podemos colocarle en una continuación hacia el aro y recibe ahí es una buena situación. Y eso es lo que tratamos de hacer con todo el mundo.

No solemos jugar al poste con nadie. Posteamos con Luka Doncic de vez en cuando en aquellas situaciones en las que se empareja con alguien más pequeño. Pero incluso en ese contexto, el valor de esas acciones se desploma. Tenemos que darnos cuenta de que el juego ha cambiado. Ha cambiado, es un hecho. Y Porzingis es un jugador que cuando está por encima del triple es uno de los mejores  con un acierto increíble. A mi me gusta cómo está jugando ahora mismo, sus lecturas han ido mejorando, su spacing mejora cuando juega en transición y está pudiendo ir fuerte al aro. Además, conecta con jugadores como Dwight Powell en el pase. Quiero decir, tenemos a un jugador de 2,21 que pasa a uno de 2,08 sin problemas. Eso es tremendamente positivo si me preguntas al respecto.

Alejémonos de todo ese debate de que Porzingis tiene que ir al poste. No, no tiene porqué. Me parece bien que vaya de vez en cuando, pero no posteamos con nadie. No es nada personal contra él. Mira, solía hacerlo porque en los Knicks jugaban el triángulo ofensivo cuando estaba ahí. ¿Quién juega el triángulo ahora? ¿El triple poste? Si lo hace alguien que levante la mano, porque quiero verlo. Porque no lo he visto ya que esa ofensiva está extinta. Se extinguió cuando Phil Jackson se retiró. Él es el único que ha tenido éxito con ella. Es un genio y un maestro en ese estilo, pero hay que abandonar esas ideas. Tenemos que tratar a Porzingis con cierto respeto y respeto por lo que él hace. Es un jugador increíble y hay que eliminar las críticas ya que mide 2,21.

Las opiniones aquí expresadas no representan necesariamente a la NBA o sus organizaciones.

Autor/es
Sergio Rabinal Photo

Sergio es productor senior de contenido en las ediciones en español de The Sporting News.