Entrados en el mes de marzo los Phoenix Suns avistaban el final de la mala racha con la que habían clausurado febrero. Varias derrotas seguidas, irregularidad en los encuentros y malas sensaciones. Dos victorias en cinco partidos ante rivales de entidad volvían a colocar a los de Arizona en disposición de entrar en la lucha por los Playoffs como habían pronosticado a comienzos de la temporada.
En ese tiempo Ricky Rubio había dejado algunos de los mejores encuentros de toda su carrera. Triple-doble contra los Milwaukee Bucks con la máxima anotación de la temporada, el enésimo doble-doble contra Blazers en una exhibición desde el pase y 21 puntos contra Portland en su última noche. El 11 de marzo la NBA echaba la persiana ante el empuje del coronavirus para salvaguardar la seguridad de sus integrantes dejando a los Suns de Ricky a 6 partidos de distancia de Memphis Grizzlies y un calendario con el que tenían razones para soñar.
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En la tarde del 4 de junio la Junta de Gobernadores de la NBA aprobó por mayoría el formato competitivo y el nuevo horizonte para reanudar la competición en el mes de julio en Orlando. La manera más justa de hacer valer lo hecho hasta el momento en la fase regular y dar la opción a seis equipos fuera de los puestos de Playoffs de luchar por una última plaza que de acceso a la postemporada. De este modo, los Phoenix Suns, ubicados en decimotercer lugar en el Oeste (26-39) podrían seguir "vivos" y con una mínima posibilidad de defender su candidatura.
No lo tendrán en absoluto fácil, pues un pequeño tropiezo que sus rivales aprovechen dejaría sin opciones de entrar en el torneo play-in previo a los Playoffs, pero en la NBA puede suceder de todo, más con Ricky Rubio a los mandos de la nave.
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Su mejor temporada individual
“Personalmente yo sí tengo ganas de competir, ya son dos meses y medio parados y se paró cuando personalmente estaba muy bien y tenía ganas de terminar la temporada bien”, así se expresaba el base español hace apenas unas semanas en una conversación con la AEMD avistando ya un más que posible regreso. Y es que Ricky Rubio ha cuajado hasta el momento una temporada redonda en todos los sentidos, pero especialmente en lo individual. La decisión de cambiar la remota Utah por la cálida Phoenix en la pasada agencia libre a razón de 53 millones por tres temporadas no tardó en demostrarse como un acierto pues los Suns dieron un considerable paso adelante desde el momento que el del Masnou asumió las riendas del equipo.
Con un grupo plagado de jóvenes promesas como Devin Booker, Kelly Oubre Jr. y Deandre Ayton, la incorporación de Ricky y el talante de Monty Williams inyectó la necesaria veteranía en el grupo que rápidamente se asentó en la lucha por los Playoffs. Una de las cosas que más ha llamado la atención de Rubio en este primer curso en Arizona ha sido su vocación por la anotación con 13 encuentros con más de 20 puntos, algo que comparado con los 11 del pasado curso y habiendo jugado 11 encuentros más pone en valor el paso adelante que ha dado de cara al aro.
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De manera paralela, Ricky ha elevado todos sus guarismos individuales de acierto al aro, igualando su mejor registro en triples (35,1%) y en tiros de campo (41%) para firmar su máximo en la NBA en lo que a puntos por encuentro se refiere con 13,1. Una inyección de autoestima para el base catalán que ha encontrado en Phoenix el ambiente perfecto para desplegar todo su potencial hasta ese momento latente y condicionado por su posición en sus anteriores equipos.
Aunque sin duda, lo más destacable del año de Rubio en los Suns ha sido su perfeccionamiento del pase donde se ha consagrado como uno de los más certeros de toda la NBA. Ricky ha tenido en 2020 una explosión individual sin precedentes, alcanzando un total de 21 doble-dobles por los apenas 7 que firmó el pasado curso en Utah a lo que hay que sumar 2 triple-dobles con los que acecha el primer puesto en la lista de jugadores españoles, ostentado por Pau Gasol.
Durante buena parte de la campaña, el base de los Suns estuvo rivalizando en un empate técnico con LeBron James por ser el líder de asistencias de la fase regular superando la media de las 10 por encuentro y que ahora mismo se ha establecido en 8,9. La reanudación de la competición en Orlando otorgará una oportunidad única al catalán de acabar como campeón de esta disciplina si consigue adelantar las 10,6 que promedia James. "Si hay un compañero abierto y falla la próxima vez, si todavía está abierto, le pasaré el balón", comentaba Ricky a The Athletic en febrero, remarcando la confianza y la solidez que se ha establecido al interno de los Suns desde su llegada.
Una opción de volver a los Playoffs
Estaba claro que Phoenix Suns necesitaba un base puro para poder explotar todo el potencial ofensivo de dos de los pilares de su proyecto como Booker y Ayton, algo que con Rubio se ha comprobado como cierto. Una odisea por el desierto por parte de la franquicia de Arizona desde que Steve Nash abandonase el barco en 2012 y que por el camino se ha acabado traduciendo en cuatro temporadas consecutivas por debajo del 40% de victorias y que ampliado en el tiempo revela lo desoladora que ha sido la última década para los Suns en lo competitivo.
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La última vez que el conjunto de la soleada Arizona pisó la postemporada Amar'e Stoudamire era su mejor jugador de largo, Steve Nash organizaba el juego y Robin Lopez y Goran Dragic eran dos jóvenes promesas. La decepción de ser eliminados en Finales de Conferencia en 2010 tras años y años de intentonas erradas acabó por poner fin a uno de los proyectos más revolucionarios del siglo XXI, iniciando así una progresivo decline que no llevó a ningún destino.
so you're telling me there's a chance? pic.twitter.com/RaeIkU0DPm
— Phoenix Suns (@Suns) June 4, 2020
La burbuja de Orlando proveerá a los Suns de una oportunidad única, la posibilidad de poner fin a una década de sequía y poner el broche de oro a su mejor temporada desde 2015. El camino hasta ahí es claro, disponen de ocho partidos para poder colarse entre los equipos que disputen el torneo play-in por el octavo puesto de la Conferencia. La ecuación es sencilla pues tienen que mantenerse siempre a menos de 4 partidos de distancia de Memphis Grizzlies (octavo puesto) para jugar ese novedoso formato.
Un paso en falso haría caer el castillo de naipes de Monty Williams y supondría el final del camino, pero con un Booker en estado de gracia como All-Star, con Ayton más maduro y todo ello sostenido por el mejor Ricky las esperanzas están más que justificadas.
Ricky en los Playoffs
La experiencia es un grado en los Playoffs y aunque Rubio no pudo participar de ellos hasta 2018 gracias a los Utah Jazz, pronto dejó claro que este era su hábitat natural.
En dos incursiones en la postemporada el catalán evidenció que el juego cerebral a media pista que requiere este formato competitivo encaja a la perfección con su forma de afrontar el baloncesto, aprovechando luego cada opción para anotar en transición y dejando su impronta en la defensa individual como hizo frente a Houston Rockets en 2019. En ambas ediciones fue apeado por los mencionados Rockets, muy superiores en lo ofensivo, pero que de la mano de Rubio tuvieron argumentos para sostener a los Jazz en defensa especialmente.
Más que reseñable fue el impacto del catalán en los Playoffs de 2018 donde fue la clave para vencer a los favoritos Oklahoma City Thunder en siete partidos donde promedió casi 17 puntos, 7 rebotes y 8 asistencias antes de lesionarse para el resto de la contienda sin opciones de poder tomar parte en la segunda ronda.
Sus números en la postemporada:
| Temporada | Puntos de media | Rebotes de media | Asistencias de media | Máximo de puntos | Máximo de asistencias |
| 2018 | 14,0 | 7,3 | 7,0 | 26 | 10 |
| 2019 | 15,4 | 3,2 | 8,6 | 18 | 11 |
Las opiniones aquí expresadas no reflejan necesariamente aquellas de la NBA o sus organizaciones.