Las últimas semanas han sido una verdadera montaña rusa de emociones para Ricky Rubio. Todo comenzó con los primeros rumores de traspaso que colocaban a Chris Paul en Phoenix Suns como un movimiento con el que los de Arizona tratarían de volver a los Playoffs, días más tarde la operación se completó haciendo que el español pusiera rumbo a Oklahoma City Thunder donde presumiblemente no iba a permanecer mucho tiempo. La fluctuación del mercado en la noche del Draft hizo posible que Rubio recalase en un destino amable y con grato recuerdo para el base pues sería de nuevo traspasado, esta vez a Minnesota Timberwolves, de nuevo en la noche del Draft al igual que sucediese en 2017.
"Las cosas han cambiado. Diez años te cambian la vida”, dijo Ricky Rubio a Jon Krawczynski de The Athletic en su primera entrevista tras el traspaso. "Soy un jugador diferente, pero también soy un hombre diferente".
“Siento que vine aquí cuando tenía 20 años y todos me acogieron”, reconoció. “No hubo una mala palabra para mí, y eso realmente ayudó a un niño de fuera del país a vivir su sueño. Me acogieron desde el primer día. Lo aprecié. Siento que mucha gente lo hizo posible y siempre estaré agradecido por eso".
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Han pasado 9 años desde que Ricky cambiase Barcelona por Minnesota y 3 desde que partiese de ella rumbo a Utah y han cambiado muchas cosas en ese tiempo. En primer lugar el base ha dado un enorme salto en su carrera, alcanzando su mejor nivel individual en ambos extremos del campo que fue recompensado con la consecución del MVP del Mundial de 2019 con España. Rubio reconoce que a lo largo de este periodo en Utah y Phoenix ha conseguido mejorar considerablemente y que ha seguido aprendiendo, sobre todo a jugar junto a otro manejador y a encontrar sus espacios sin balón.
“Realmente aprendí estos últimos tres años a jugar sin balón”, dijo el base. “Así es como creces como jugador, poniéndote en una situación diferente y respondiendo. Estar en situaciones incómodas, si lo usas de la manera correcta, te ayuda a mejorar realmente tu juego".
Este aspecto será verdaderamente importante y una de las razones por las que ha desembarcado en Minnesota de nuevo y es que los Wolves cuentan con uno de los manejadores más talentosos de toda la NBA como es D'Angelo Russell y que ha demostrado que por sí solo puede ser un gran jugador, pero que precisa de un acompañante que reduzca el impacto de sus carencias. En ese sentido, Rubio llega para ser un acompañante de lujo para Russell y, al mismo tiempo, para ejercer de figura veterana y de experiencia. “En el pasado, era una especie de líder, pero le tenía miedo a las cosas”, dice. "No le tengo miedo a nada ahora. Ahora mismo, si tengo que decir algo, lo diré de la manera correcta, pero también me enfadaré. Quien no esté haciendo lo correcto le llamaré la atención".
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En la pasada Agencia Libre los Wolves, con Gersson Rossas al frente, ya trataron de hacerse con los servicios del base español, pero este les rechazó de manera educada pues todavía no estaba preparado para regresar a Minny. Ahora regresará con la experiencia de un año enriquecedor en Phoenix donde se ha demostrado como un líder dentro y fuera del campo que ha ayudado a los Suns a firmar su mejor temporada en más de un lustro. "La forma en que la me fui, no es como quería", comentó sobre su salida en 2017. “Entiendo que es un negocio y cómo funciona. No estaba listo [para volver el año pasado]. Creo que ahora estoy más preparado, más maduro".
Desde la llegada de Rossas a la gerencia, Minnesota ha iniciado un rápido proceso de reconstrucción alrededor de Karl-Anthony Towns y que ha derivado en la composición de un núcleo joven sumamente competitivo y que al medio-largo plazo puede comenzar a competir por objetivos reales, reuniendo a dos All-Stars, un elenco de tiradores como Hernangómez y Beasley y un número uno del Draft como Anthony Edwards. “Empezó a tener más sentido para mí conectar realmente el rompecabezas y llegar a Minnesota y ayudar a un equipo joven con mucho talento y que ya ha hecho cosas realmente buenas”, dijo. "Creo que puedo encajar en el rompecabezas".
Además, Rubio comentó que regresará a su tradicional dorsal con el número 9 después de vestir el 3 y el 11 en sus anteriores destinos ya que "no quería usarlo en ninguna otra ciudad de la NBA. Siento que es solo para Minnesota".
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