Sacramento Kings. Una franquicia cuyos últimos años de real protagonismo se remontan a la NBA de hace casi dos décadas. De hecho, desde 2006 que no clasifican a los Playoffs. Esa es la racha más largas sin presencias en postemporada de las activas y ya está muy cerca de la más larga de la historia, la de los LA Clippers entre 1976 y 1992.
Sacramento ha sido un equipo sin rumbo en todos estos años, que nunca llegó a tener un récord ganador. Pero de golpe parece que están descubriendo un norte en su camino. Y en el mes de julio estarán en Orlando para la reanudación de la NBA, listos para buscar cortar la racha. Las opciones son amplias: con 28 victorias y 36 derrotas están igual que New Orleans Pelicans y que Portland Trail Blazers. La distancia de 3,5 partidos con Memphis Grizzlies perdió bastante importancia con la nueva regla del play-in y las acciones de los Kings subieron.
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Todo impensado en la tercera semana de enero de este año, cuando sufrieron frente a Detroit Pistons su sexta derrota consecutiva y quedaron penúltimos en el Oeste con récord de 15-29, a la misma distancia de los Playoffs que del último puesto ocupado por Golden State Warriors. Las lesiones (De'Aaron Fox y Marvin Bagley compartieron solamente 9 partidos), los problemas a la hora del armado del plantel, la llegada de un nuevo entrenador como Luke Walton. Todo parecía ser una complicación.
De pronto pudieron dar en la tecla. Tras esa caída con Detroit, consiguieron 13 victorias en los siguientes 20 partidos disputados y quedaron con el 28-36 actual hasta que la pandemia del coronavirus llevó a suspender toda la acción de la NBA, justo cuando Sacramento estaba listo para enfrentar a los Pelicans y poder trepar al noveno puesto con una victoria.
¿Cuáles fueron las razones de semejante levantada en los de Luke Walton?
Un De'Aaron Fox con la vista más puesta en el aro es una de ellas. El promedio anotador del base creció de los 19,2 tantos por partido a los 22,2 puntos por partido si separamos en partes previas y posteriores a ese choque con Detroit. Sus porcentajes son idénticos: 47% de campo y un muy mejorable 30% en triples. Pero el base pasó a tomar 1,5 lanzamientos más por partido y a intentar dos tiros libres más en cada encuentro. Sin Bagley, su mejor compañero de pick&roll, Fox debió ser más agresivo y eso dio dividendos. De hecho, el partido en el que más busco anotar (24 intentos al aro, de los cuales metió 14) fue el triunfo más amplio de los Kings en la temporada: un 124-103 a LA Clippers (sin Kawhi Leonard) como visitante.
Pero el cambio principal es, sin dudas, lo que terminó mejorando el equipo con el cambio de rol de Buddy Hield. El escolta de Bahamas pasó a actuar como sexto hombre justamente a partir del 24 de enero. Creció la productividad de Hield, tuvo desarrollo la segunda unidad, Fox subió el nivel al lado de un 2 que requiere menos balón como Bogdan Bogdanovic.
Los números son claros: la producción de Hield desde el banco es digna de ganar el premio al mejor sexto hombre de la NBA (premio para el cuál no califica por haber jugado solamente 20 partidos como suplente).
Buddy Hield en la 2019-2020
El ex de New Orleans sigue haciendo lo mismo de siempre a la hora de entrar a la cancha: tomar el balón y tirar (dio recitales como los 42 puntos contra Minnesota o 31 frente a San Antonio), pero principalmente lo hace como punta de lanza de la segunda unidad en lugar de quitarle juego a las otras opciones top de los Kings. Pocos equipos de la liga tienen a un anotador tan bueno saliendo desde el banco.
En cuanto a Bogdanovic, sus números se mantuvieron en la misma sintonía: cerca de los 14 puntos, 3 rebotes y 3 asistencias por partido y rondando el 35% en triples. Pero el crecimiento de la producción de los Kings con el serbio como titular fue exponencial: de un rating ofensivo de 103 a uno de 114.
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Sacramento no puede apostar a ganar partidos con su defensa. No posee ningún hombre de elite en ese costado y además tiene una rotación con muchos jovenes. El mismo Walton tampoco se hizo una reputación de genio defensivo en su corto tiempo como entrenador en jefe. Pero si alguno bueno había insinuado Sacramento el año pasado era que, acelerando al ritmo de Fox, su ataque es muy peligroso para cualquiera cuando los Kings tienen una buena noche.
Apenas tres de las trece victorias ocurridas desde fines de enero llegaron por mantener a los rivales por debajo de los 100 puntos. En tanto, seis fueron con Sacramento anotando al menos 122 unidades: 133-126 a Washington, 133-129 a Minnesota, 129-125 a Memphis, 124-103 a los Clippers, 123-111 a Portland, 122-102 a San Antonio. El "palo por palo" les sienta bien.
También fueron positivos los movimientos del mes de febrero, con la salida de un Dewayne Dedmon disconforme y la llegada de Alex Len y recuperación de Harry Giles. Entre ellos dos cubrieron bien el hueco que quedaba con Bagley: Giles promedia 10,1 puntos y 6,5 rebotes en sus 14 partidos como titular, con una efectividad de campo del 59% y un rating ofensivo de 118.
Len, en tanto, es importante para un equipo que la pasa muy mal en el apartado rebotes en ataque (están 24 en el ranking de la liga, con 9,6 por partido y tomando un 21,8% de los disponibles). El ucraniano que llegó desde Atlanta Hawks siempre se mostró como especialista en el rubro con sus 2,13 metros y en sus nueve partidos con los Kings ya demostró: 2,9 de promedio en 16,7 minutos por partido. Len toma unos 6,2 rebotes ofensivos por 36 minutos, cifra que duplica a los 3,1 que daban Dedmon o Bagley.
Hay que ver que calendario tendrán, si Bagley estará disponible o no (no hay demasiada información sobre la lesión en el pie izquierdo que sufrió en enero, aunque se espera que esté disponible para la pretemporada del mes de julio) y como volverá a rearmar las rotaciones Walton. Pero Sacramento, por lo demostrado en las últimas semanas de competencia, tiene esperanzas para dar pelea en el Oeste.
Las opiniones aquí expresadas no reflejan necesariamente aquellas de la NBA o sus organizaciones.