Golden State Warriors 122 - 94 Los Angeles Clippers
Casi un año después de que tocase el suelo con el aquiles roto, DeMarcus Cousins no ha decepcionado en su regreso a las pistas y ha cumplido con las expectativas. En 15 minutos ha conseguido sumar 14 puntos y 6 rebotes con una primera canasta que suponía una total declaración de intenciones sobre su estado actual.
Un regreso cortado abruptamente por su rápida expulsión por 6 faltas que ya es su expulsión más rápida en lo que lleva de carrera.
Una noche en la que el protagonista secundario ha sido Stephen Curry que puso fin a su récord de triples consecutivos anotando apenas 3 en 11 intentos para acabar con 28 puntos, 5 rebotes y 4 asistencias, siendo el máximo anotador seguido de Durant con 28.
Pese al resultado, los Warriors no dieron muchas opciones a unos Clippers que fueron siempre por detrás en el marcador y siguiendo la estela de unos Warriors que han demostrado que son capaces de todo. El gran partido de Tobias Harris con 28 puntos queda ensombrecido con el resto de titulares del encuentro, pero de no ser por él los Clippers no habrían sido capaces de aguantar con opciones hasta el tercer tiempo.
Los Warriors tuvieron muchos problemas con los árbitros, perdiendo antes del final a Cousins y a Draymond Green con dos técnicas y varios jugadores acabaron con 4 personales. Todo ello no impidió a Golden State realizar un fantástico último periodo en el que Curry y Durant se echaron el equipo a la espalda, dando una verdadera clase magistral de anotación cerca del aro. Los Clippers trataron de sorprender en ciertas fases del encuentro con una presión individual que fue solventada con maestría por Curry y compañía.
That’s sick, Steph. The hesitation and change of pace in front of Beverley gives him the lane. Just crafty as hell pic.twitter.com/AqyDXDePrk
— Shane Young (@YoungNBA) 19 de enero de 2019