La temporada 2019-2020 ya tiene a su primer equipo campeón. Los Memphis Grizzlies se han impuesto a Minnesota Timberwolves por 95 a 92 en la final de la Summer League de Las Vegas. Un triunfo que supone la primera vez en la historia de la franquicia de Tennessee que la conquista y, además, suma otro MVP de la liga de verano a sus filas, el recientemente nombrado Brandon Clarke, que se une así a Jonas Valanciunas, Tyus Jones y Kyle Anderson.
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Brandon Clarke volvió a ser el motor del equipo cuando más era necesario, ejecutando a la perfección el papel de resolutor y realizando los sistemas de manera impecable. El interior acabaría con 15 puntos y 16 rebotes después de una primera parte en la que no tuvo rival sobre la pista.
Junto a él, el recién llegado Grayson Allen que se ha adaptado como pocos al nuevo ecosistema en el que se encuentra y que fue devisivo en el último tiempo para asegurar la victoria de Memphis. Allen acabaría con 17 puntos y 5 rebotes, de los cuales 7 puntos llegaron en la recta final del encuentro, echándose el equipo a la espalda y preservando la ventaja granjeada en los periodos anteriores.
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Minnesota, por su parte, empezó muy desacertada el partido, errática y sin encontrar el ritmo. En un abrir y cerrar de ojos los Grizzlies habían conseguido revertir la tímida renta de 4 puntos que habían conseguido en los primeros compases de juego para infligir a los Wolves una severa diferencia de 15 puntos al borde del primer cuarto. Mitchell Creek mantuvo a los de Prigioni en la lucha durante los dos siguientes periodos con 13 puntos y 4 rebotes, pero Memphis se encontraba muy lejos.
Fue entonces cuando Kelan Martin hizo que la diferencia de los Grizzlies se dirimiera en cuestión de segundos con tres triples consecutivos, dejando de nuevo el partido abierto. Grayson Allen salvó los muebles en este preciso intante, a falta de dos minutos, pero Minnesota ya estaba metida de lleno y quería más. Bates-Diop con sus 10 puntos lideró un parcial de 9-0 para los Wolves que les puso en disposición de ganar.
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Los Wolves hicieron todo lo que debían, anotaron rápido y llegaron a forzar errores en Memphis, pero Allen, seguro de sí mismo, tomó la determinación necesaria para colocar el balón en campo ofensivo y forzar a Minnesota a llevarles al tiro libre, donde se resolvió el encuentro a favor de los Grizzlies.