Fue una temporada decepcionante para Washington Wizards la que motivó el reciente despido de su presidente, Ernie Grunfeld.
Grunfeld fue contratado en 2003-04 y lideró a los Wizards durante 16 temporadas, donde aparecieron ocho veces en playoffs aunque jamás superaron las semifinales de Conferencia.
En mayo de 2017, Grunfeld había recibido una extensión en su contrato.
"No logramos los objetivos planteados para esta temporada y a pesar de haber sufrido muchas lesiones en jugadores clave, tenemos una cultura de responsabilidad y manejo de resultados positivos", dijo en un comunicado el CEO de Monumental Sports & Entertainment, Ted Leonsis. "Le agradecemos a Ernie por sus servicios en los Wizards. Él y su familia han sido grandes líderes en nuestra comunidad y han trabajado incansablemente para hacernos una franquicia top en la NBA".
Los Wizards están ante un panorama bastante complicado. La duda sobre la reestructuración del equipo pende sobre dos factores muy importantes: sus dos estrellas. El escolta, Bradley Beal, tuvo que asumir un rol muy importante en esta temporada y demostró con creces que es un jugador de elite. ¿Lo transformarán en moneda de cambio para el futuro?
Pero lo más fuerte es lo de jugador franquicia: John Wall sufrió una durísima lesión que lo marginó toda la temporada y que no sabe cómo volverá de ella. Además, su contrato -donde restan cuatro años- es de los más altos de la NBA.
El Senior VP de operaciones de básquetbol, Tommy Sheppard, tomará las riendas hasta que el equipo encuentre un nuevo presidente. Estará en él decidir el futuro de la franquicia.